martes, 10 de julio de 2007

Visita a Mamá Concia

Visita a Mamá Concia

Cuenta la tradición que hace unos cuatro siglos una niña indígena encontró una muñeca a la vera del camino. Feliz, llamó sus padres. Ellos entendieron que se trataba de una virgen, una virgen indígena y la llevaron a su casa para venerarla. Al despertar al día siguiente la virgen no estaba en el altar y fue encontrada donde la había visto la niña. Después de varias idas y vueltas, la virgen fue dejada en el lugar de origen. Y desde entonces hasta ahora allí llegan los peregrinos a adorarla. Ese lugar es hoy el resguardo indígena ancestral de Caquiona, en el municipio de Almaguer. Llegamos a Caquiona en plenas alumbranzas, que son recorridos por las veredas donde llevan las imágenes sagradas de la virgen y los santos para el culto de sus habitantes. En la noche, después de la misa, fuimos testigos de la procesión de antorchas a la patrona del pueblo, en medio de la devoción y el recogimiento de los creyentes. Con Robi Nelson Jiménez, nuestro compañero y productor de campo en la zona, organizamos el plan de trabajo para poder grabar los eventos de la fiesta patronal, empezando con la quema del castillo, hacia la medianoche. A las cuatro de la mañana acompañamos a las chirimías y a la banda del colegio en lo se le llama la alborada. Antes de las ocho de la mañana el profesor Andrés y otros fieles estaban terminando de engalanar el anda donde la virgen haría el recorrido de la procesión. Hacia las once de la mañana el pueblo entero acompañó a Mama Concia por las calles de Caquiona, junto con las chirimías de veredas y corregimientos, lideradas éstas por los tres mejores flautistas de la región que se juntaron en esta ocasión inolvidable. Una fiesta patronal para recordar, sin duda alguna.