domingo, 24 de junio de 2007

Capellanías tiene su son.

Capellanías tiene su son

El calor abrasante del piedemonte maciceño, la alegría del reencuentro con los que vienen de afuera, el paseo al río San Jorge y la calidez de los habitantes de Capellanías, hacen de sus fiestas patronales una experiencia de extremo gozo. Desde muy temprano en la mañana nuestro compañero y productor de campo en la zona Arley Muñoz, el popular Capello, estuvo pendiente de la llegada del equipo de realización. Esta vez, a diferencia de nuestra visita durante los talleres itinerantes, hicimos el recorrido desde La Carbonera en carro y no de a caballo. Llegamos a grabar justo en el momento en que se iniciaba la competencia de despescuezada de gallos, que se hace a galope en caballo. Entre los ganadores estuvo Erney Angulo, con quien la vez pasada habíamos visitado los salados o pozos de agua salada, de donde todavía se extrae una sal apetecida por sus cualidades curativas. En las próximas fiestas patronales de San Pedro y San Pablo Erney repondrá los dos gallos que ganó esta vez. En la tarde se jugaron los primeros encuentros del torneo de fútbol y los jurados de la competencia al mejor caballo tomaron sus apuntes, mientras nosotros nos fuimos de baño al San Jorge, para refrescarnos y prepararnos para la noche. Después de comer en las toldas nos fuimos a registrar las riñas de gallos. Capello nos presentó a las amigas, a la novia y a la prima que había venido a la fiesta desde lejos, al igual que lo hacen muchos lugareños. Casi a la medianoche, en la caseta “La Tremenda” comenzó lo que todos estábamos esperando: el toque de Son de Capellanías. Y ahí la cosa se puso dura. El son tocó una y otra vez lo mejor de su repertorio y nadie quería parar de bailar. El amanecer llegó y a muchos no les impidió seguir con la parranda. Con el calor del sol mañanero la rumba se fue apagando y nosotros alistamos equipaje muy a nuestro pesar. La profesora Ebdalí y Capello nos ayudaron a conseguir los caballos para salir por el Patía, vadeando 13 veces el río San Jorge y una vez el río Guachicono, pues uno de los encantos de la visita a Capellanías es recorrer los parajes maravillosos de esta ruta, que siempre regala espectaculares atardeceres.

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